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Foto del escritorKaren Castilla

Un corazón roto no siempre duele



¿Has escuchado hablar sobre el apego evitativo? Se refiere, en pocas palabras y desde mi interpretación, a la actitud de estar temerosa (o) de crear vínculos afectivos con otra persona, por miedo a perderla y sufrir. Las personas con este tipo de apego, suelen huir de las relaciones, de los compromisos y de todo aquello que las enganche con alguien.

Si me pidieran que realizara una ilustración sobre ese tipo de apego, dibujaría a una persona con una armadura, evitando sentir el amor, y si profundizáramos más en esa imagen, adentro de esa armadura, en el pecho de esa persona, habría un corazón roto.



Un corazón roto disfrazado de alguien fuerte. Hay quienes tienen tanto miedo de sufrir que evitan a toda costa el dolor. Y cuando el dolor se reprime, se manifiesta de una forma diferente.

Cuando el corazón se rompe, atraviesas un proceso de duelo, y la etapa de llorar y estar triste es solo una fase, tal vez la más difícil por ser la más sensible, pero déjame platicarte de las otras etapas.

Primero, está la etapa de la negación. "Estamos bien", "Vamos a regresar", "Esto es solo un tiempo" "Todas las parejas tienen problemas" "Me va a extrañar". ¿Te suena conocida?

Es esa fase donde pareciera que eres la única persona que no se da cuenta de la realidad. Y en efecto, ¡no la ves, te rehusas, porque esa realidad duele!

Después te golpeas con la realidad... te encuentras frente a frente con que tu relación ha terminado. Y aquí no te dejes confundir, ¿sabes? también ser tú quien tomó la decisión de terminarla es muy doloroso. Desde mi perspectiva, es peor, porque eres tú quien debe de cargar con la responsabilidad de la decisión: ¡tú accionaste para que eso terminara! Y ya no querer estar con alguien como pareja, no significa que no existan cosas que te duelan. Esta fase es de tristeza... tristeza profunda. Mirar el vacío que esa persona nos ha dejado.

Pero como todo, esa fase termina, y deja de doler. Viene una etapa de orgullo, y suceden dos cosas: o te valoras y reconstruyes tu autoestima, o te llenas de enojo y de ira, que se transforma en miedo a volver a enamorarte y que te lastimen.

Pienso que aquí puede manifestarse una conducta de "apego evitativo" que suena como: "No quiero nada serio con nadie" ""no creo en la fidelidad" "prefiero estar en soledad que volver a confiar en alguien"... o de manera inconsciente eliges personas que no están emocionalmente disponibles. Así te proteges.

Ten cuidado de no estancarte en una etapa de estas. Es válido querer estar contigo y no tener una relación, pero haz una introspección sincera, para darte cuenta de si realmente quieres eso, o simplemente tienes demasiado miedo de que vuelvan a lastimarte.

Si has pasado por esta etapa, y el miedo y enojo se han ido, si te has dado cuenta de que estás bien contigo, que te amas y aceptas con todo y lo que los demás no amaron y aceptaron de ti, si estás abierta (o) a volver a descubrir a una persona con quien compartir la vida, entonces estás en una etapa final del duelo por un corazón roto. Ese corazón se ha hecho de una cicatriz valiosa que te ha hecho crecer, madurar, y que te ayudará a relacionarte de otro modo con alguien. No estarás con la ansiedad de encontrar una pareja, pero tampoco será una idea a la que te cierres... simplemente dejarás que la vida te sorprenda, y mientras tanto, realmente disfrutarás cada momento de tus días.

Dibujé un libro desde mi corazón roto, pero en una fase sanada, para compartir contigo ilustraciones sobre este proceso, desde la negación hasta la aceptación, Y LO HICE CON MUCHO AMOR.

Gracias por leerme.

Karen.






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